Máncora tranquila: Historia de un viaje familiar en Fiestas Patrias / 28 de jul 2018

Martina y su papá
Para muchos viajar a Máncora el 28 de julio es sinónimo de juerga. Para mí también lo era. Y mientras escribo estas líneas se me vienen a la mente varias escenas de fiesta y alcohol vividas en este pedacito de mar azul. Martina vive en Máncora y desde el día que su mamá se la llevó a vivir en la cima de una colina en el corazón de la quebrada Fernández, mi experiencia turística en este balneario viro en el aire como una tortilla de maíz en una sartén caliente.

                A <<Casa Buganvilias>> llegamos un sábado 28 de julio de 2018 con el sol del mediodía. Casa buganvilias no es un hotel. Es una residencia familiar y pertenece a la respetable señora Lucia Echecopar. Toda la casa es blanca y azul como los colores de la bandera de Máncora. Por momentos da la impresión de ser una estancia mediterránea, como las que abundan en los acantilados en las islas griegas, pero también tiene rincones moriscos con buganvilias creciendo ente las rejas y las ventanas.

Fachada de la Casa Buganvilias 

Martina inspeccionó todas las habitaciones de la Casa. Corrió por las por los pasillos y subió las escaleras hasta el balcón de la habitación principal. Desde ahí se puede ver el océano en su máximo esplendor. Martina miró el mar y seguro pensó que era inmenso. Imaginó las sirenas y cangrejos que vivían en el fondo. Luego dio un salto y abrió un paquete de gomitas vitamínicas que su abuela Gina le trajo de Piura.

Vista interior de la Casa Buganvilias 

Detalles del Patio

Fernanda Navarro es la hija de Romina, mi prima hermana. Es la criatura más tierna que existe en el planeta. Cualquiera puede arrancarle una sonrisa. Todos son bienvenidos si están dispuestos a llevarla en brazos. Con Martina fue amor a primera vista. De allí que cuando supo que haríamos pijamada en la noche, no había duda que dormiría con ella, con las chicas, porque las chicas hablan cosas de chicas y son más entretenidas que los chicos. <<Y tu papá, no te preocupes que puedes dormir con los perros>> sentenció mientras daba un par de sorbos a un vaso repleto de jugo de naranja.

Martina y Fernanda 

Martina y su club de chicas

                Como es tradición en la familia Vallebuona en la noche encendimos la parrillada. Hubo concurso de baile que Martina ganó en todas las categorías y al final de la noche jugamos charada con la ayuda de mi celular. A esta celebración se unió mi primo Arrigo que por coincidencia había llegado a Máncora con toda su familia buscando un restaurante para cenar. Una llamada telefónica nos puso a todos en torno a una mesa repleta de carnes, vinos y la ensalada caprichosa que se ha vuelto un clásico de mi mamá.

      A mi papá le encantó la casa. Y esa noche durmió con mamá en una habitación con tules que recordaban las camas de los señores feudales de la Edad Media. Mi mamá descubrió un libro de sabiduría oriental en la biblioteca de la dueña, que se dedicó a transcribir largamente.

El abuelo Manolo

La habitación principal

                Martina amó a su tía Romina y la declaró su madrina. Seguro quiso decir madrina de confirmación o Ada Madrina, en cualquier caso estaba feliz de pertenecer al club de chicas que había fundado Romina con sus amigas. Pero como en el corazón de Martina no existe maldad, dos veces me reportó las trampas que sus tías estaban fraguado en mi contra. De todas maneras ganaron las chicas y en eso todos estuvimos de acuerdo.

La tía Romina Vallebuona

Martina se asoma

                Este viaje terminó con una breve despedida en los bajos de la colina donde vive Martina con su mamá, Avi y su hermanito recién nacido. Antes de despedirnos en el trayecto ella cogió mi mano sin decir nada, y tampoco era necesario decir algo. Ninguno quería despedirse, pero sabíamos que pronto tendríamos que hacerlo. Con un abrazo fuerte de esos que tocan el alma nos despedimos de Martina y muy pronto su diminuta figura se perdió en el amarillo de los cerros que se levantan en el bosque seco  de la quebrada Fernández.               

Retrato del ultimo día 




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